Capítulo 23

Peter & Max 





 Peter estaba parado en la puerta del edificio, del lado exterior. Mi respiración estaba entrecortada, y no me sentía con la fuerza suficiente como para mirarlo a los ojos. No justo ahora. 

 Abrí la barrera que nos separaba y lo mire sin poder pronunciar nada, parecía asustado y culpable, no sonreía, y sus ojos lucían más apagados de lo que nunca hubiera imaginado. 

 Nos miramos durante un instante sin pronunciar palabra, hasta que finalmente él rompió el silencio. 

—Creí que no me recibirías.—

—No iba a hacerlo, pero nombraste a América, y ella solía ser importante para mí... Como tú. 

—¿Solíamos?

—¿Esperabas otra cosa? ¿Creías que saltaría a tus brazos y te diría que te quiero, luego de que me abandonaron? 

—No te das una idea de lo mal que me siento, Lali. Todo eso me salió al revés, yo... 

—No necesito que te expliques, quiero que me digas que haces aquí, tengo que volver a trabajar.—Exigí sin prestar atención a nada más que sus ojos e intentando no perderme en ellos, me dolía tener que ser así con él, pero no me daba opción. Se había comportada como un total cretino. 

—Quería saber si tienes trabajo y lugar para...

—No necesito de tu caridad nuevamente, vete de aquí.

—Lali...

—Si pesa en tu conciencia no es mi problema, no me molestes en mi horario laboral, vete a la mierda y si es posible no regreses. No quiero saber nada más de ti o de tu hermana, ambos son unos cobardes, pero ¿Sabes? No lo lamento por ti, me importas un bledo, lo lamento por ella porque realmente la quería... 

 La puerta se abrió, decidí que debía bajar varios tonos si quería conservar mi trabajo, voltee y me encontré con Max allí, parado y cruzado de brazos.

—¿Todo bien aquí, Lali?—Cuestiono con una ceja alzada, Peter lo miro descreido, como si no estuviera acostumbrado a que las cosas no salieran como él planeaba. 

—No, la verdad no.—Admití, intentando recibir algo de ayuda.

—¿Este tipo te molesta?

—¿Disculpa? ¿Y tú quien eres?

—Su novio.—Me quede en silencio, sabía que Max solo trataba de ayudar, y no me molestaba que Peter pensara eso.

—Oh, eso lo cambía todo.—Respondió confundido Peter, y se fue. Sin más. 

—Max, te lo agradezco mucho, de verdad... Eso fue tan raro...

—¿Es tu ex novio?—Negue con la cabeza.

—No estoy segura de que fuimos, pero estoy segura de que no quiero volver a verlo nunca más en mi vida.—Max sonrío y abrio la puerta para mí, entre y le sonreí. Max era apuesto, rubio y alto, tenía unos bonitos ojos verdes adornados con hoyuelos y labios rosados. Pero era el hijo de la jefa, así que debía quedar completamente fuera de mi sistema.

—Espero que no te importe lo que dije.—Comenzó a él.—

—No, de hecho, te lo agradezco.

—De todos modos, algún día, te llamaré novia de todos modos.

 Y él también desapareció, dejando a mi corazón latiendo a mil por minuto.