viernes, 1 de mayo de 2015

Capítulo 35

El fondo 


   Estaba sentada en la esquina de su cuarto, aunque bien podría estar cómoda en su mullida cama, no merecía ni siquiera eso. Tomó el pequeño cuchillito que la acompañaba a todas partes en sus manos, temblaba, sin atreverse a hacerlo de nuevo.

  Él me salvo. 

   Tenía una gran sensación de vacío en su pecho, como si todo lo que necesitara fuese cerrar los ojos y dormir un sueño eterno. Como si ya nada fuese suficiente.

  Él me destruyo. 

  No lloraba, no podía. Sólo estaba allí, mirando como su mundo se destruía, como todo a su alrededor comenzaba a derrumbarse justo cuando estaba a punto de ser feliz. Pero ella no podía serlo, eso no era para ella, estaba destinada a que la felicidad le fuese arrebatada todo el tiempo.

   Nunca seré suficiente para él.  

    Abrazó sus rodillas, apoyando su cabeza sobre ellas. Odiaba como se sentía ser destrozada una y otra vez, caer una y otra vez. No lo necesitaba.

     El cuchillo penetró fuertemente, dejando una delgada linea roja en su mano que tras algunos segundos comenzó a sangrar.

    Nada. 

    Eso es todo lo que soy para él. 

    Eso es todo lo que soy para el mundo. 

    Las lágrimas no salían, pero las podía sentir rondado sus ojos. Necesitaba gritar, necesitaba silencio, necesito abrir la ventana del departamento y saltar, necesitaba tirarse a la cama y quedarse allí por siempre. Necesitaba rendirse, necesitaba seguir.
 
   Necesitaba quitar a Peter Lanzani de su vida para siempre.

   La puerta se abrió despacio, al oír el ruido escondió el cuchillo con toda la rapidez que pudo.

-Lo he visto...-Aseguró Max entrando y sentándose a su lado.-Está bien. No me cuentes nada.-Tomó el brazo de Lali entre los suyos y una lágrima se escapo de sus ojos, antes que de los de ella. La rodeo con sus brazos.-No deberías dejar que te haga caer.

-Lo sé.

-Lali, eres muy importante para mí, me duele ver...

-¡No finjas, no lo soy! ¡No le importo a nadie! Tú estás aquí ahora porque sabes que si salto por esa estúpida ventana no conseguirás a alguien más para tender tu cama ¡Es una maldita mierda, Max, toda mi vida lo es! ¿Por qué creí que merecería a alguien como él? ¿Por qué creí que podría ser algo para alguien?

-Sí lo eres para mí...-Susurró él, intentando calmar los sollozos de su pequeña amiga. Apretó más su abrazo, haciéndola romper en llanto.

-No sabes lo que es... Lo que es no poder hacer nada por miedo, lo que es estar atascada en una vida sin sentido, conseguir un poquito de felicidad y luego que te la quiten ¿Cómo es posible? ¿Por qué no puedo tener nada mejor?

-Quizás no sepas ver lo que te hace bien...

-O quizás no exista.

-Tal vez. ¿Quieres algo, princesa? ¿Agua, café?

-Drogas. En este mismo momento necesito mis píldoras.

-¿Si sabes que no voy a permitirlo?

-¿Qué me drogue? Lo hago desde...

-Que te caigas.-Lo interrumpió él.-Que dejes que él te haga caer, no sé que paso, pero eres demasiado importante para mí como para permitirlo. Tú no eres un pedazo de mierda con el que él puede jugar, eres mucho más importante de lo que te imaginas.

-Bien. Entonces si quiero agua.

-Te la traeré, si te pido el cuchillo, conseguirás otro ¿Cierto?-Lali sonrío apenas, y luego negó con la cabeza entregando la pequeña arma.-

-Eres todo lo bueno que tengo en este mundo, por favor, no desaparezcas.-Él besó suavemente su mejilla y la cargo hasta la cama.

-El suelo es un lugar muy frío para una princesa.-

   Se fue por la puerta, y Lali entendió que ya no tenía ganas de llorar, no cuando él estaba allí para ella. Se recostó en la cama intentando controlar lo que sucedía, intentando no pensar en que él le había dicho el nombre de otra, en que él pensaba en alguien más cuando estaba con ella, en que jamás sería suficiente. Intentando borrar todo lo negro de su alma, respirando pesadamente.

 "De todas formas, nunca fuimos nada. Es sólo alguien a quien conocí, es sólo alguien que me gusta. Es sólo alguien."

   Pero no, no era alguien. No era Peter. Era el hecho de que Peter se comportaba como todos los demás, sucio, frío, cruel.

   Max volvió con el agua.

-¿Me quedo, o te dejo sola?

-En verdad quiero que te quedes, pero me vendría bien tomar una ducha.

-Estaré en la sala, solo llamame ¿Si?-Lali asintió con suavidad y pensó si él la quería o solamente le tenía lastima, pero no se atrevió a contestarse.

 No quería romper su propio corazón.

5 comentarios:

Abril, Yami, Angie y Cathe...

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