Lo que fue de ella.
El cuerpo yacía en el suelo, sin vida. Muchos curiosos se acercaron a ver, algunos conductores estaban molestos porque el trafico no avanzaba, pero los gritos se convirtieron en silencio cuando todos apreciaron el pequeño cuerpo de 40 kilos en el suelo, lleno de sangre.
La ambulancia no tardó en llegar, pero ni uno de ellos albergaba esperanza, era imposible revivir a alguien luego de que sus signos vitales hubiesen desaparecido.
La próxima vez que se la vio, fue en su funeral.
No me gastaré en describir como 4 personas lloraron a lágrima viva, preguntándose por qué no hicieron algo para evitarlo, tanto los que sabían que lo haría como los que no. Un chico de cabello negro estaba devastado, y pidió que cerraran el cajón.
No hubo ningún padre o familiar allí.
Nada digno de ser narrado. Un momento trágico.
Todos lo sabían, aquel era un final anunciado hace demasiado tiempo, ella nació para morir.
Pero no murió.
Su cuerpo se fue, pero nadie la olvido como ella creyó que lo harían, nadie dejo de pensar en ella ni siquiera un día.
Creciendo juntas, dando pequeños pasos, ya somos medio millón luego de dos años, y recorremos diez países cada día. Sólo queda una cosa por decir: Gracias.
Los k d verdad la amaban ,pero ella no les dio su tiempo.
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