Capitulo 10

   Holaa ! Hoy por primera vez va a narrar Peter :3 No les aseguro nada por que muero de calor, así que disculpen si es un completo desastre jaja.

              Capitulo 10

   Obligue a mi auto a alejarse de Lali mientras ella caminaba hacía su casa, su forma de andar era del todo atractiva y peculiar. La espalda derecha, los ojos fijos, y las piernas como si estuviese en una pasarela. Un píe y luego el otro. Ella tenía clase, y aún no lograba entender como podía fijarse en alguien como yo.

   Llegue a mi casa y respire antes de entrar, hasta aquí llegaba mi tranquilidad.

-¡Susan!-Grite para que ella apareciera, mi hermana había sufrido un pequeño incidente durante la operación que la dejo incluso peor de lo que estaba realmente.
-¡Peter, ayuda, Peter!-La enfermera apareció, le di su dinero y se fue sin más. Corrí hacía arriba para saber que pasaba con mi hermana, estaba en la punta de la habitación con sus brazos cubriendo su cabeza.-
-¿Qué sucede, Su?-Pregunte quedando  a su altura.-
-¡Los bichos, quieren comerme, míralos!-Apunta sobre la cama.-Son como cucarachas gigantes.-
-Bien, Susan, saldremos de aquí ¿Bien? Ellos no te seguirán, por que no saben bajar de la cama.-Ella asiente y yo la alzo entre mis brazos para sacarla de su cuarto, la llevo hasta mi habitación, que antes solía ser de mis padres.  La acosté sobre mi regazo y comencé a acariciar su cabello.-
-No dejarás que me hagan daño ¿Verdad?-
-Nunca, bebe.-Me abraza fuertemente.-
-Soy muy afortunada de tener un hermano como tú.-
-Ajá.-No se que más responder, ha sido así los últimos dos años. Nuestros padres se fueron y soy la única familia que le queda, no puedo permitir que le hagan daño por que solo yo puedo entenderla, se que jamás volverá a ser mi hermana pero a la vez nunca dejará de serlo.-
-Te quiero, Susan.-
-También yo, aunque ya estés viejo.-Sonrío, soy tres años más grande que ella. Es una pena, por que una chica de 20 no merece esto. Tenía toda una vida por delante.
-Escucha, tienes que dormir ¿De acuerdo? Yo estaré aquí para asegurarme que los bichos no regresen.-Seguir su delirio era lo único que podía hacer.
-Bien.-Cerro sus preciosos ojos celestes y se acomodo en mi regazo, la abrace y espere a que estuviera dormida.

   Cuando me asegure de que no despertaría algunas horas después baje a la cocina. Abrí el refrigerador, la mitad estaba lleno de sus medicamentos, otra mitad con agua y apenas un poco de comida. No podía dejar todo a su alcance, por que se lo arrojaba a lo primero que imaginaba. Todas las reservas estaban en una refrigerio pequeño en mi cuarto, donde ella jamás buscaría.

 Tome una manzana y comencé a comerla mientras subía, realmente no tenía hambre. Busque en mi bolsillo mi teléfono, pero no estaba. Supuse que había caído en el auto por lo que le reste importancia y subí  al cuarto de Susan, tenía unas pocas horas para dormir antes de que ella despertara.


 La mañana comenzó agitada, ella despertó gritando que abejas querían comer su cara de a poco, la tranquilice diciendo que eran amigables y de pronto quería alimentarlas. Suspire y trate de darle de comer, pero estaba muy ocupada hablando con sus nuevas "Amigas"

-Tú...-Decía al aire.-Tú te llamarás violeta, por que eres de ese color,y  tú azul, y tú rosa, tú espagueti, tú mermelada, y tú... Tú vete, no te quiero aquí.-Gritaba.-
-¿Por que no la quieres, Su?
-Por que me ha dicho loca, y yo no estoy loca...-
-Claro que no lo estas.-
-Bien, es bueno saber que lo sabes.-Sonreí apenas y la mire por unos segundos.-
-Violeta, ¿Tú que crees? ¿Estoy loca?-
-Deja a las chicas, Su, tienes que comer.-
-Bien, pero ellas volverán luego.-Comienza a comer y casi parece la chica de antes, excepto por las arrugas que se alzan al rededor de sus ojos y la mirada cansada, sus manos están lastimadas y sus pies descalzos. Y su cara... Su hermosa carita, esta pálida. Ya no tiene color, ni sonrisas, ni sarcasmos, ni peleas, ni burlas. Ahora sólo tiene delirios, locura e inocencia.

-¿Cuándo podré salir de nuevo?-Pregunta de repente.-
-No lo se.-
-¿Y por qué no puedo salir?
-Por que estas enferma.
-¿De qué?
-Tenes algo que se contagia con el aire... Pero cuando te cures vas a salir.-
-Ah... ¿Y vos por que no te contagias?
-Por que soy inmune.-Beso la parte superior de su cabeza y miro mi reloj, es hora de irme.-La enfermera llegará en unos minutos, ¿Si? Yo debo ir a trabajar.-
-¿Y por qué?
-Porque hay que traer dinero a la casa.-
-Ah. ¿Y cuántos trabajos tienes?
-Tres.-

 Barman, ayudante de cocinero y mesero. Tres horribles trabajos.

-Ah ¿Y por qué yo no?
-Por que estas enferma.-Repito
-¿De qué?
-Tenes algo que se contagia con el aire... Pero cuando te cures vas a salir.-Prometo una vez más
-Ah... ¿Y vos por que no te contagias?
-Por que soy inmune.-Tengo que decirle eso casi cuatro veces al día, y siempre parece olvidarlo. Toda la información la retiene por dos horas, como mucho.-¿Te quedarás jugando con las abejas?-Pregunto.-
-Si, si, ¡Por supuesto! Hace tiempo que no tengo amigas así, ¡Violeta, violeta, ven!-

 Cerré los ojos mientras la veía alejarse, levante todo lo que pudiera ser peligroso para ella y deje juguetes esparcidos por cada lugar de la casa, le encantaba jugar, era como una niña de tres años. Sin conciencia, sin razón y con mucha imaginación.

 El timbre sonó dos veces, corrí hasta ahí y abrí. La enfermera acababa de llegar.

 Emily era una vieja amiga de Susan que se compadeció de nosotros y viene a ayudar cada tanto, estudia medicina pero por ahora solo se recibió de enfermera ayudante, no tiene su titulo aún. Es casi una amiga, pero le pago por venir.-

-Hola, Em.
-Peter, ¿Ya te vas?
-Tengo que trabajar.-
-Lo se.-Agacha la mirada.-Suerte.

 Había muchos gastos en esta familia y yo debía mantenerlos todos. La comida, la ropa, los juguetes, el alquiler, los medicamentos, los enfermeros, las cosas que día a día se rompían y perdían.

  Entre al toyota, otro gasto más, y conduje hasta el bar donde trabajaba por las mañanas como mesero, me puse el delantal y comencé a atender. Era domingo así que no había mucha gente, lo que no era bueno por que se reducían las propinas. Solía atender a jovencitas y siempre terminaban dejando más de la cuenta, una ayuda que servía.

-Hey, Peter.-Me llama uno de los ayudantes, Gaston.-Ven, tengo algo que contarte.-Me acerco hasta donde esta y lo miro por unos segundos.-
-Dime.-
-¿Recuerdas a mi cuñado, Pablo? Pues él me dijo que su amiga necesita un chofer, niñas ricas como te imaginarás, pensé en ti de inmediato. Se lo de tu hermana y que tienes tres empleos, tal vez eso podría ayudarte.-
-En realidad, sí. Muchas gracias.-Sonrío, oí que esos trabajos dejan buen dinero.-
-¿Sabes donde es o quien?
-Oh, si, claro... ¿Recuerdas esa chica que salía  en las noticias? ¿A la que secuestraron dos veces?
-Mariana.-
-Esa... Esta buscando un chofer.

                  Continuará...

 Chan, chan, chan.

 Lo se, no hubo laliter pero quería que conozcan a Susan y sepan que es lo que realmente paso (Me da pena, pobre chica) y bueno... Ese final a que no se lo esperaban :3

Peter es tan bueno, tres trabajos tiene :`) Aww

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Las quiero !

Abii